BIOGRAFÍA

Nace en 1979 en la ciudad de París, Francia. En el año 85 se traslada a España donde fija su residencia en Madrid. En 1992 a punto de acabar sus estudios escolares básicos, sufre una grave enfermedad. Esa enfermedad la hace pensar de otra manera y ver las cosas desde otra perspectiva. Tras unos años, habiendo superado el cáncer cerebral, teniendo únicamente el graduado escolar y a pesar de sus limitaciones físicas, comienza a trabajar de manera autodidacta en temas informáticos y más tarde, a interesarse por temas creativos, siendo hoy en día, diseñadora web/gráfica. Al pasar gran parte de su tiempo en soledad, se aficiona al dibujo y en Marzo del año 2007, decide recibir clases de pintura. Desconocía su habilidad. Comenzó pintando frutas, hortalizas…posteriormente bodegones, y al iniciarse en pinturas más complejas y complicadas, se dio cuenta que podía, sabía y aparte de ello, de que ésto era como si volviese a tener una ilusión, algo que le gusta hacer y se siente orgullosa de ello. El impresionismoes el movimiento que más le gusta, tocando diferentes temas y técnicas (desde el carboncillo, óleo).

“Defino mi pintura como figurativa inspirándome en el impresionismo. Me gusta jugar con la luz, y no me gusta plasmar detalles.

¿Pretender? Claro está, que no pinto un cuadro pensando en cuánto voy a cobrar por éste, es más, yo no creo que pudiese pintar por obligación, necesito inspiración.

El auténtico valor a una pintura lo encuentro en la capacidad que posee para transmitir algo que a simple vista es invisible, las emociones.”

jueves, 21 de enero de 2010

1. CÓMO ENTRÓ EL ARTE EN MI VIDA.

Desde 1979 siempre he sido muy creativa, matrículas de honor todos los años, mucho deporte, todo me salía bien. ¿Por qué? Pues ese por qué, no lo conocería hasta el año 1992. Nací con él? No se sabe. El caso es que empezó a desarrollarse poco a poco bien escondido. Un tumor cerebral (Astrocitoma de grado III), estaba creciendo en mi cabeza.
Lentitud en mis movimientos, dolores, vómitos, vértigos y no recuerdo qué mas, fueron síntomas de éste. Aunque los peores fueron, un gran dolor en mi rodilla izquierda, la torpeza en muchas de mis actividades y la disminución repentina de mis fuerzas y memoria. Aún sin haber sido detectado, todo esto significaba el comienzo de la parálisis de mi cuerpo.
Achacando todos esos dolores y demás al cansancio, a montar a caballo y otras actividades que realizaba, fue en 1992, cuando me encontraba en París, que mi abuela (enfermera), extrañada de mis cambios de carácter, torpeza y desgana que mostraba al ir ‘de compras por París’, decidió llevarme al médico en cuanto yo estuviese de vacaciones.
Volví a mi lugar de residencia en Madrid. Las relaciones con la mayoría de mis amigos y amigas cada día iban a peor y los dolores persistían. Empecé a quedarme en blanco en los exámenes del colegio, a no poder acabar los dictados porque mi mano se paralizaba, a temblar cuando escribía.
Llegó el verano, y nos reunimos en Lisboa, Portugal con la familia. En vacaciones es de suponer que uno se divierte, disfruta, realiza actividades, sale….pues ese verano, yo no tenía fuerzas ni ganas, sólo ganas de dormir y dormir. Ahí fue cuando mi abuela me llevó al médico.
27.07.1992 Sólo dos simples pruebas físicas con las manos bastaron. Ahora bien, podía ser algo físico o psíquico, con lo cual, me hicieron una resonancia magnética. 10 minutillos me dijeron, ja! La resonancia duró exactamente 2 horas y pico, además algo iba mal, a través del espejo de la máquina, yo vi como mi abuela lloraba y los médicos estaban muy atentos a los ordenadores.
Un tumor del tamaño de un mango en mi tronco cerebral.
28.07.1992 Vuelta a España con mis padres para partir al hospital de París
No tuve ni tiempo de tener ayuda psicológica ni nada, todo fue muy doloroso, quiero decir, a una niña de 12 años sin saber lo que estaba pasando, tenerla aislada, decirle que tiene que estar en el hospital sin sus padres, dormir sola, ver a otros niños con bendas en distintas partes del cuerpo, tubos…
29.07.1992 7:00a.m. Ingreso y operación a vida o muerte en Hôpital des Enfants malades Nécker a Paris.

Llegados a este punto, podremos conocer cómo entró el arte en mi vida. El tumor se situaba en una zona de muy difícil acceso, y el neurocirujano tuvo que pasar por zonas del cerebro que no debieran ser tocadas jamás (el alma). Pero si no lo hubiese hecho, no estaría aquí para contarlo. Según mis pequeñas investigaciones, debió tocar o pasar por el sistema o circuito límbico, esta zona se encarga de nuestras emociones y ciertos sentimientos.

Siempre fui muy creativa y todo lo que uno puede desear, pero ese día, a pesar de los daños físicos que me dejó, creatividad y arte se instalaron a vivir conmigo.